¡Hola a todos!
¿Cuántas veces les hemos preguntado a nuestras madres por su infancia y cuando nos la han contado nos hemos sorprendido de lo mucho que han cambiado las cosas? Pues este libro trata de eso, una historia preciosa en la que una niña descubre cómo era el mundo cuando su mamá era pequeña.
¡Que lo disfrutéis!
CUANDO MAMÁ LLEVABA TRENZAS
Una tarde de lluvia, una niña encuentra una caja en la que su madre guarda un montón de recuerdos. Intrigada, le pregunta por cada uno de ellos y de esta manera va conociendo su infancia, sus veranos, los juegos con los que se divertía y hasta lo que le preparaba su abuela para merendar y que con tanto cariño recuerda. La conclusión a la que llega la pequeña es maravillosa.
Que lo primero que me llamase la atención de este libro fuera su portada no es ninguna novedad y es que es una de las portadas más bonitas que he visto nunca y el tacto que tiene es increíble. Y si a esto le sumamos que dentro esconde una historia tan bonita como esta y unas ilustraciones tan espectaculares, pasa a convertirse de inmediato en uno de mis libros favoritos.
¡Cómo han cambiado las cosas! Es por ello que considero que es un libro muy necesario por su temática ya que me parece una bonita manera de que las nuevas generaciones conozcan cómo era el mundo años atrás y vean cómo han ido evolucionando las cosas, aprendiendo que conseguirlas costaba un esfuerzo y por ello se las valoraba tanto. También me parece un libro muy recomendable para mayores ya que puedes verte reflejado en cada una de sus páginas y eso lo convierte en un viaje al pasado en el que recordar cosas especiales de nuestra infancia.
Este libro trata temas como los juegos, cómo con cualquier cosa se podía improvisar una historia, un escenario y hacer de una tarde cualquiera un tiempo de aventuras y diversión. No se necesitaba más que un objeto y de ahí se sacaba algo tan increíble que duraba horas de juegos. Hoy no es igual que antes y no se ven pintadas en los suelos que se hacían antes con tizas e incluso piedras para separar dos trozos y así saber en qué lado jugaba uno u otro, o el típico juego de «La rayuela» al que tanto he jugado yo, por ejemplo. Creo que es algo que se está perdiendo y me da mucha pena; también trata las meriendas, como por ejemplo el pan con aceite y azúcar tan típico de nuestras abuelas cuyo sabor nos transporta a ellas; de las llamadas a los amigos que se quedaban en la ciudad para contarles cómo nos estaba yendo el verano y saber cómo estaba siendo el suyo a la vez. ¿Quién no se acuerda de las cartas? Yo tengo cajas y cajas guardadas y me da una pena inmensa que hayan sido sustituidas porque recuerdo la emoción de abrir el buzón y encontrarla, y saber cómo estaba esa persona y volver corriendo a casa para leerla y contestar, incluso muchas veces mandar a ese amigo o amiga una pulsera hecha por ti mismo o un poster de su cantante favorito porque al verlo sabías que a esa persona le iba a hacer mucha ilusión. ¿Dónde ha quedado todo eso? Pequeñas cosas que eran muy grandes y decían más que muchas palabras.
Por todo esto considero que es muy importante que los pequeños conozcan este libro y, de esta manera, todo lo que componía nuestro mundo antes, porque sin darnos cuenta les estamos enseñando valores muy importantes y regalando aquellos momentos que a nosotros nos hicieron tan felices.
Está claro que la vida evoluciona y muchos de esos cambios son muy positivos pero a mí personalmente me gustaría volver a veces a esa época y saborear, aunque sea por un instante, cómo eran esos momentos en los que algunas veces, «llevaba trenzas».
Concha Pasamar ha desarrollado su principal actividad profesional en el área de la Filología. Dibujante habitual, en los últimos años ha reconducido esta práctica hacia la ilustración, donde se ha formado en distintos cursos y talleres con profesionales de prestigio. Prensa, música y educación son algunas de las áreas a las que ha orientado su trabajo en este ámbito, poniendo imagen a discos, eventos o materiales. En relación con la creación literaria y el vínculo entre texto e imagen, ha impartido diversos talleres, y sus ilustraciones han vestido varios libros infantiles y de prosa para adultos, entre ellos y también en bookolia, Arrecife y la fábrica de melodías y 13326. Trabajadora y estudiante incansable, en la actualidad ocupa su tiempo como ilustradora en nuevos proyectos de álbum y poesía.
A continuación os dejo algunos detalles más de este libro:
Editorial: Bookolia
Primera edición: Noviembre 2018
ISBN: 9788494911705
Páginas: 32
Precio: 14,50€
¿Lo habéis leído? Me encantaría conocer vuestra opinión 🙂
Os lanzo una pregunta… ¿Qué recuerdos especiales guardáis de vuestra infancia?
Y hasta aquí el post de hoy. Espero que os haya gustado y si os apetece dejarme vuestras impresiones os espero en comentarios deseando leeros. Si queréis estar al tanto de los próximos libros que aparecerán en el blog y de las novedades de lectura os espero en Instagram @entrepaginasdelibros_
¡Que tengáis un feliz día y millones de GRACIAS por estar al otro lado! ♥